La reina de Vespa velutina nigrithorax presenta el cuerpo de color marrón oscuro con la cara y las piezas bucales naranja (excepto los dientes oscuros), las antenas son marrones dorsalmente y naranja ventralmente. Cara dorsal de segmentos abdominales marrones con márgenes apicales más claros: una banda amarilla delgada en el primer segmento y una banda naranja delgada en el segundo y tercer segmentos; cuarto segmento abdominal casi completamente naranja, quinto y sexto segmentos abdominales más o menos de color marrón anaranjado. Patas marrones excepto los tarsos que son amarillos y las alas parduscas hialinas.
No hay diferencias morfológicas distintivas entre las hembras sexuales y estériles (obreras). Algunas obreras son más pequeñas (sobre todo en primavera), pero en otoño muchas obreras son tan grandes como las futuras reinas. Dentro de la colonia, la reina ponedora puede ser reconocida por su abdomen distendido y, al final de la temporada, las alas dañadas.
Las características morfológicas del macho son muy similares a las características de las hembras en cuanto a tamaño y color, en relación a las antenas son más largas que en las hembras. La cara ventral del abdomen es de color marrón, el ápice truncado con un par de manchas amarillas.
La avispa fundadora o futura reina es la encargada de construir el nido embrión, dando soporte físico a su progenie para establecer una nueva colonia. Este nido temprano siempre se encuentra en lugares protegidos, tanto de las inclemencias del tiempo como de posibles depredadores. El nido es de pequeño tamaño, y al inicio es una especie de paraguas abierto al exterior, con unas celdillas para los primeros huevos de obrera. Una vez construidas las primeras celdillas, la reina deposita 3 o 4 huevos. En los siguientes días, la reina añade varias envolturas que protegen al “paraguas”, y así forma una entrada en la parte baja del nido.
El nido primario es pequeño y suelen hacerlos en lugares resguardados. Aproximadamente en junio, la reina y las obreras abandonan este nido primario y se desplazan para realizar el nido secundario.
Suele ser a partir de junio, cuando hay alrededor de un centenar de individuos en el nido, cuando deciden abandonar la ubicación del nido primario y realizar un segundo nido, más voluminoso y normalmente en lugares más altos y seguros (ramas de los árboles, aleros de tejados, etc.) de forma que pueda crecer de tamaño a medida que aumenta el número de huevos, larvas, ninfas y obreras.